¿Tienes la sensación de que tu búsqueda de trabajo es infructuosa? ¿Estás constantemente irritado/a? ¿Crees que no conseguirás nunca trabajo? ¿Consideras que las posibilidades de éxito dependen más de elementos externos que de tus acciones? Si es así, puede ser que estés padeciendo de un alto nivel de estrés en la búsqueda de empleo.

En la búsqueda de empleo, el estrés puede aparecer haciendo que nuestras decisiones, se tomen de forma apresurada o que escojamos la opción incorrecta, inadecuada o menos beneficiosa para nuestros intereses.

Este post lo escribo después de escuchar “Under Pressure”, de Queen y David Bowie. Ya lo decían ellos, Vivimos bajo presión. Y esa presión nos es impuesta… y nos la imponemos. En ocasiones olvidamos que tenemos la capacidad de decidir… aunque a veces, no podemos ver otra salida… o a veces, la situación es realmente crítica.

 

¿Qué entendemos por estrés?

 

El estrés es una reacción fisiológica en respuesta a una situación que se percibe como amenazante o que va a requerir un mayor esfuerzo por nuestra parte. Puede llegar a provocar diversos trastornos físicos y mentales.

El estrés cuando se produce en su justa medida puede mejorar el rendimiento y generar un sentimiento de euforia y/o alegría. Pero, en ocasiones, puede ser una respuesta excesiva, generando problemas psicológicos y fisiológicos.

Para entender el estrés hemos de saber que, según la APA (American Psycological association), hay tres tipos de estrés:

  • Estrés agudo
  • Estrés agudo episódico
  • Estrés crónico

El estrés agudo sucede en respuesta a un suceso estresante para el organismo. Habitualmente, si es en pequeñas dosis, no genera problemas, pero si es extremadamente estresante, puede generar problemas psicofisiológicos… Si el suceso es muy potente para la persona, podemos estar delante de un estrés postraumático.

El estrés agudo puede ser producido, por ejemplo, por ver los 5 últimos minutos de tu equipo en una final, o por un partido de tenis que estás jugando o por una punta de trabajo.

El estrés agudo episódico es un tipo de estrés que, como su nombre indica, se va sucediendo. Ocurre en personas que tienen la sensación que no llegan nunca a nada, que siempre sienten que no pueden… si os fijáis, he utilizado generalizaciones como “nunca”, “siempre”… y es que son personas que acostumbran a pensar en estos términos, lo que puede llegar a ser muy estresante y frustrante.

Finalmente, está el estrés crónico. Es un estrés agotador. Es el que ocurre cuando vivimos en situaciones extremas. Es habitual en zonas de conflicto o con una gran pobreza, pero también lo pueden sufrir, por ejemplo, personas con algún trauma infantil. Este tipo de estrés es altamente deprimente y limitante. Pero aún así, la persona puede habituarse a estas situaciones estresantes, dificultando la salida aun se tenga una puerta abierta delante. El ser humano es tan sorprendente que puede llegar a convertir una situación continua estresante, en algo habitual y común… en su zona de confort, aunque el corazón le vaya a mil… porque lo otro es lo desconocido, aunque sea mejor.

 

Estrés y búsqueda de trabajo

 

Y en este apartado me voy a centrar. En cómo percibimos el estrés. Porque es normal sentirse estresado cuándo el trabajo tiene siempre un ritmo muy elevado o cuando se nos ha ido un ser querido. Pero también puede ser habitual que sintamos un estrés mayor en circunstancias que podríamos percibirlo más liviano, pero no lo hacemos. ¿Por qué?

Para entender cómo nos afecta el estrés, hablaré de la percepción de estrés o estrés percibido. No todo estresa de la misma manera a todas las personas. Un mismo ritmo elevado de trabajo puede ser emocionante para una persona o puede ser horrible para otra.

En una situación de búsqueda de trabajo continua sin resultados, podemos sentir un estrés elevado y puede ser normal que aparezcan pensamientos y creencias irracionales como las siguientes:

Pensad por un momento, ¿qué puede hacer una persona después de pensar eso? ¿Se pondrá a buscar trabajo positivamente, analizando las ofertas, adaptando el currículum y revisando su perfil de Linkedin para tener más opciones? ¿O no hará nada de eso porque estará quemada y no querrá encontrarse con otro “no”?

Es más posible que opte por la segunda opción… por lo que el problema se perpetúa y sigue aumentando el estrés. Pero llega un momento que esa es la zona de confort, aunque sea de disconfort en realidad, pero tanto tiempo sin trabajar genera una bajada importante de la autoestima, y la posibilidad de que te contraten, aunque te sea necesario, puede generar mucha ansiedad.

Cuidado. No estoy generalizando. Es una posibilidad. Lo que es un hecho es que el estrés en exceso nos vuelve más torpes. Puede que no analicemos los siguientes pasos que hemos de dar o las circunstancias que nos envuelven, de una forma certera.

El estrés percibido, si es elevado, nos bloquea. Pero a veces la situación no es tan limitante, hay soluciones, pero no las vemos. Puede que sea también un factor de personalidad. Quien está quejándose continuamente, seguramente pensará que tiene razón en su queja… ¿pero la tiene? ¿Siempre? Y… ¿conseguirá lo que desea con esta actitud?

Recuerdo a una persona que atendí en orientación que siempre soplaba. Todo le costaba. El estrés en la búsqueda de empleo era tan elevado que no hacía nada. Un día le pasé una oferta buenísima ideal para él. Después de unas cuantas excusas, no se apuntó. En la entrevista final, me dijo que no conseguía trabajo porque el mercado laboral no le daba la oportunidad, que sin enchufe no se podía hacer nada, que s la edad… pero en realidad, se hacía trampas al solitario. Seguramente, después de vivir con mucho estrés, se instaló en una zona de confort… que le servía para bien poco, pero justificaba su fracaso responsabilizando a otros y sin asumir su parte.

¿Y cómo podemos rebajar el estrés en la búsqueda de empleo?

 

La sensación de estrés en la búsqueda de empleo está asociada a la no consecución del objetivo esperado, el trabajo deseado, y a la sensación de que poca cosa se puede hacer para conseguirlo porque no está en tus manos. Si creemos que la edad, o el enchufe o cualquier circunstancia ajena a nosotros es el motivo principal por el que no encontremos trabajo, al ser ajena y tengamos pues, poca influencia, nos generará indefensión y no haremos nada para cambiar la situación. Seguramente, buscaremos trabajo menos intensamente y de forma más torpe, sin corregir errores ni buscando información para mejorar nuestra búsqueda.

No digo que no exista discriminación por edad o enchufe. Digo que se contrata también a personas mayores de 45 años y sin necesidad de enchufe. A partir de aquí, es menos estresante e inoperante pensar “qué he de hacer para encontrar trabajo con mi edad” que “no voy a encontrar trabajo por mi edad”.

Entonces, ¿qué hemos de hacer para no tener tanto estrés en la búsqueda de empleo?

  • Responsabilízate de la búsqueda de trabajo. La situación del mercado de trabajo puede ser buena o mala, pero que eso no te marque ni te estrese más de lo necesario. Piensa en qué has de hacer, con la situación actual, para conseguir el empleo.
  • Organiza tu búsqueda de empleo. No dejes lo que depende de tus acciones, a la suerte. Si te llaman para una entrevista, será porque te has apuntado a una oferta que cumples con sus requisitos, con un perfil muy bien rellenado en el portal de empleo o con el currículum bien adaptado… y no por la suerte.
  • Da voces a todo el mundo. Di que buscas trabajo y de qué… pero antes, ayuda tú, sé buena persona, sonríe, ayuda, y seguro que todo vuelve… es uno de los principios básicos del networking.
  • Los pensamientos limitantes y la generalización de ideas y las creencias erróneas aumentan el estrés en la búsqueda de trabajo, por lo que es necesario detectarlos, analizarlos (¿qué hay detrás de este pensamiento? ¿a qué le tengo miedo?) y cambiarlos por otros más positivos, que favorezcan la acción. Los pensamientos limitantes, bloquean, por lo que aumentan el estrés en la búsqueda de empleo. Los pensamientos positivos generan movimiento, acción.
  • Disfruta. Haz más cosas que buscar trabajo. Dedícales unas horas diarias a la búsqueda de empleo. De hecho, ya expliqué que hay un horario mejor de búsqueda de empleo, pero se ha de complementar con actividades de la vida diaria:
    • Queda con amigos/as
    • Busca tiempo con tu familia y tiempo contigo mismo.
    • Valora las pequeñas cosas (mira a tus hijos dormir, disfruta del desayuno, de dormir…).
    • Piensa en el ahora no en lo que pasará (si estás desayunando, disfrútalo, no vayas pensando en que no encontrarás trabajo).

Volviendo a la canción de Queen, fijaos en la letra. Habla de estrés y de amor. Dice que le demos una oportunidad al amor, que parece estar pasado de moda. Y creo que es cierto. Entendiendo amor como opuesto al odio. Lo positivo a lo negativo.

Estamos en tiempos de crispación, de programas de “entretenimiento” que destrozan al otro y a todos, de crítica fácil y crispada; tiempos de trabajar mucho y ganar poco, de llegar justo a final de mes, de sueños que no se cumplirán…

Hay tanto ruido, que nos olvidamos de cuando hacíamos sonreír a nuestra pareja o de mirar a nuestros hijos cómo duermen, o de disfrutar del trayecto en coche escuchando música o de correr un poco…

Cuanto más disfrutemos de las pequeñas cosas, menos estrés en la búsqueda de empleo. Y cuanto menos estrés tengamos, más eficientes seremos. Así que, combinad la búsqueda con tiempo para vosotros. Disfrutad más, aunque a veces cueste, y todo será más fácil

Para empezar a disfrutar, os dejo con la canción de “under Pressure” de Queen y David Bowie.

Disfrutadla, que bien vale la pena y ya sabéis, rebajad todo lo que podáis el estrés en la búsqueda de empleo.

Un saludo

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