Seguramente habréis visto en muchos currículums que, después de los datos personales, hay un pequeño apartado que explica el objetivo o perfil laboral que tenemos. ¿Qué son estos apartados? ¿Qué finalidad tienen? ¿Cómo redactarlos? ¿En qué casos incluirlos y cómo me decanto por uno u otro? ¿Incluyo los dos?

Iré respondiendo a estas dudas.

 

¿Que incluímos? ¿Perfil u objetivo profesional?

 

¿Qué incluimos? ¿Objetivo o perfil laboral en el currículum? Vamos a definirlos pimero. El propio nombre los define. Mientras que el objetivo laboral indica cuál es la profesión que nos interesa, a la vez que podemos señalar alguna característica del trabajo que nos motive (buen ambiente, trabajo de cara al público…) el perfil laboral viene a definir quienes somos profesionalmente hablando. Es la identificación con un trabajo (“ingeniero industrial con más de 10 años de experiencia…”), un sector (profesional de las artes gráficas…”)  o una forma de trabajar (“Profesional metódico, comprometido con la empresa y con facilidad para el trato con el cliente…”).

Para decidirse entre objetivo o perfil laboral, puede ser básico conocer la intención que tiene cada uno y en que casos es más recomendable usar uno que el otro.

 

¿Qué finalidad tienen?

 

Aunque sean distintos estos dos apartados, la finalidad, de entrada, viene a ser la misma: centrar, dirigir, encauzar el currículum, permitir que el que lo lea sepa qué es lo que va a leer después y para qué se ha enviado el currículum.

Os he hablado muchas veces de la forma de leer el currículum, por norma, por parte de los profesionales de la selección. Primero hacen una lectura rápida para seleccionar y descartar candidatos, en el caso que nos encontremos con una lectura de currículums clásica. Cuanto antes dejemos claro nuestras intenciones y la relación con la oferta, mejor. Con estos dos apartados, lo que hacemos es facilitar la lectura al técnico de selección y adecuarnos fácilmente a la oferta (siempre que hayamos adaptado el objetivo o el perfil a la oferta, claro).

 

¿Cómo redactarlos?

 

Entre 2 y 4 líneas es suficiente. Han de ser claros y justificados. Podemos usar la “negrita” para resaltar aquello más importante. Es, a diferencia de otros apartados del currículum, un estilo redactado, más próximo a la carta de presentación. Veamos algunos ejemplos.

 

  • Objetivo laboral

  1. Recientemente he finalizado el grado en ciencias ambientales, estudios que elegí por el interés que me genera poder ayudar a frenar el cambio climático y aportar mi grano de arena en extender el uso de las energías renovables.
  2. Hace un año me planteé cambiar mi trayectoria profesional, pues trabajaba en un centro deportivo como recepcionista y cada vez más me interesaba el deporte desde un enfoque formativo. Por esta razón, este año he finalizado un ciclo formativo de grado superior de Técnico superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas.
  3. Mi experiencia en diversos trabajos relacionándome directamente con el cliente y mi facilidad de trato y actitud positiva hace que me interese por un trabajo relacionado con las ventas y el trato comercial.

 

  • Perfil laboral

  1. Experto en la prevención, análisis, tratamiento de la contaminación (más de 10 años de experiencia). Licenciado en Ciencias ambientales. Inglés fluido. Interesado en investigación y análisis medioambiental.
  2. Técnico superior de animación de actividades físicas. 10 años de experiencia en gimnasio municipal de Barcelona como monitor de diversas actividades. Orientación hacia el cliente, interés por la educación y excelente trato.
  3. Agente comercial con amplia experiencia. Especializado en el sector industrial. Formación de ventas y comunicación relacionada. Inglés fluido. Buenos resultados en la fidelización de clientes.

Como podéis ver en los ejemplos, el objetivo laboral suele ir muy relacionado con una formación que lo sustenta, aunque no siempre (3er ejemplo). Puede pasar que necesitemos una formación para justificar nuestro objetivo laboral pero también puede pasar que nuestra propia experiencia nos haga cambiar nuestro objetivo laboral. En el tercer ejemplo presentado, bien podría ser el de una persona que ha trabajado de dependiente, camarero, recepcionista… y el trato con el público, la experiencia y sus competencias desarrolladas,  le hace pensar que sería un buen vendedor.

En el perfil laboral, podemos indicar nuestra profesión, conocimientos y competencias relacionadas, estudios que sustenten nuestro perfil…

 

¿Cuándo incluyo el perfil laboral? ¿Cuándo el objetivo?

 

Por norma general, el objetivo laboral se utiliza cuando se tiene interés en una profesión o sector en los que no se tiene experiencia. Es una declaración de intenciones que está bien justificarlas con una formación o experiencia asociada.

Especialmente indicada para cuando has finalizado un estudio o una carrera o cuando haces un cambio en tu trayectoria laboral y tienes poca o ninguna experiencia en esta nueva profesión.

El perfil laboral, por el contrario, está más indicado para profesionales con experiencia en una profesión o sector con los que se identifica totalmente. Serían expertos o profesionales con bastante experiencia en la ocupación.

Para verlo más claro, cuando das una tarjeta profesional, indicas la profesión. Eso sería un perfil profesional muy resumido, pero es una idea clara: “profesionalmente soy…”.

¿Puedo indicar un objetivo laboral cuando tengo mucha experiencia y quiero seguir trabajando en lo mismo? Sí. Claro. Se utiliza menos y puede que sea menos indicado pero se puede hacer. Aunque, en realidad, parece más como una mezcla de los dos. Veamos un ejemplo:

“Tengo 5 años de experiencia como arquitecto de estructuras envolventes y mi objetivo es seguir trabajando en la misma profesión porque…”

¿Puedo indicar un perfil laboral cuando no tengo experiencia? Sí, pero entonces, no lo relacionamos con una profesión y sí con una forma de trabajar, por ejemplo, o con nuestras competencias y conocimientos:

  • Profesional responsable, con facilidad de trato con el público, cercano y atento. First certicate y buen manejo de programas informáticos.

Aún así, aunque no nos casemos con una profesión en este ejemplo, lo que escribimos nos dirige más a un sector u otro. En el caso expuesto, evidentemente tendrá más cabida en un trabajo de cara al público.

Objetivo o perfil laboral o…¿incluyo los dos?

 

No. No es necesario y perderíamos el efecto de dejar claro lo que queremos de entrada para empezar a ser redundantes.

Mejor que nos decantemos por uno o por otro en función de los criterios indicados. Aunque, por ejemplo, el ejemplo que he escrito más arriba del arquitecto, puede ser un perfil laboral/ objetivo laboral. O sea, los dos en uno, pero me decanto más por diferenciarlos y que escojamos sólo uno en función de nuestros intereses.

Y vosotros, ¿qué tenéis en el currículum? ¿Objetivo o perfil laboral?

Espero que os haya interesado y que queden claro cuándo y cómo utilizar estos dos apartados del currículum.

Un saludo.

¿Tienes alguna consulta? Si estás interesado/a en mis servicios…

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