“¿Por qué le ha de importar al reclutador las fotos que cuelgo en Facebook de mi último fin de semana?”. “¿Qué más da la foto de perfil de WhatsApp? Es mía, de mi entorno familiar y ya está”. “. “¿Me pueden no contratar por lo que twitteo?”. Éstas son reflexiones y preguntas que me formulan en los cursos que doy. Hoy hablaré de la identidad digital y la búsqueda de empleo.

 

¿Qué es la identidad digital?

 

Con la llegada y establecimiento de la red social e internet, gran parte de las personas tiene lo que se llama una identidad digital. La identidad digital, o identidad 2.0, es la información que existe sobre nosotros en internet. Tenemos información sobre nosotros en la red que puede ser fácilmente consultada por los demás mediante los buscadores o la propia red social. Por tanto, a partir de esa información, damos una imagen de quiénes somos.

Hemos de ser conscientes que tenemos una identidad digital y que podemos influir en ella teniendo un control de lo que lanzamos en la red, pues puede llegar a afectar, negativa o positivamente, a los procesos de selección. Este control lo podemos ejercer si queremos, claro. Hay quien no quiere. Está bien. Pero hemos de entender que para los profesionales de la selección es una información que le puede ayudar a estar seguros de a quién contratan.

Os recomiendo que hagáis egosurfing, o sea, que escribáis vuestro nombre en los buscadores (desde una ventana de incógnito mejor o sino sin haberos “logueado” en ningún portal o red social) y que miréis qué información aparece de vosotros en internet en las primeras páginas. También en la pestaña de imágenes. Así sabréis qué imagen de vosotros estáis transmitiendo en la red.

 

Ejemplos de identidad digital y cómo puede afectar al trabajo

 

Antes de empezar mi “discurso”, os expongo dos casos para ver qué opináis.  Imaginad que queréis entrevistar a 3 personas para un puesto de trabajo y que tenéis 4 preseleccionados. Dudáis entre dos candidatos para citarlos, o no, pues están muy igualados. Entonces surfeáis por la red con los dos nombres y veis que uno tiene un perfil de Facebook y de Twitter con contenido sobre la profesión, aunque también vuelca alguna información musical o alguna reflexión. Del otro candidato, vemos unas fotos de una fiesta en su Facebook y comenta en Twitter sobre música y televisión: Gran hermano, alguna película que ha visto repetidamente y que la vuelven a emitir y algún comentario sobre personajes televisivos conocidos.Todo, más o menos normal y sin salirse de tono. Los dos tienen un buen perfil de Linkedin.

¿Os sirve esta información para decidiros sobre quién es el tercer entrevistado?

Otro caso. Ahora, en la misma situación, tenemos a una persona con una marca profesional desarrollada en todas sus redes sociales, con una personalidad y enfoque profesional bien definido y, por el otro lado, tenemos a alguien que en su Twitter entra en conflictos políticos continuamente, respondiendo de una forma poco respetuosa a críticas o tweets que, aunque contrarios a sus ideas, no son para nada agresivos ni irrespetuosos. Su Facebook es una mezcla de fotos de familia, chistes y algún contenido un poco subido de tono, a veces.

De igual manera que antes, ¿qué hacéis en este caso? ¿Os decantáis por alguien o no os sirve de ayuda para tomar la decisión?

¿Qué opináis de estos dos ejemplos de cómo la red puede influenciar en la selección o en el trabajo, que os dejo?:

Post 100

tweet-racista

La tal Justine Sacco fue despedida de su empresa por este tweet racista. Tenéis más información en este link.

En un post anterior hablé de cómo el reclutador se construye la imagen del candidato. Echa mano de todos los elementos posibles para hacerse una idea del candidato, pues es difícil conocerlo bien por más que tengamos un CV y lo veamos durante una hora en entrevista. Y la red social e Internet es un escaparate enorme del candidato.

Hay quien me dice: “me parece muy mal que me valoren por lo que escribo o comparto en las redes sociales. Es mi vida privada”. Es un error considerar que es privado, pues al lanzarlo a la red, se hace público a no ser que no permitas que se vea.

 

Las redes sociales permiten añadir un nivel de privacidad a lo que se comparte, haciendo que esa información sólo llegue o pueda ser vista a quien interese.

¿Puede afectar tu identidad digital a un proceso de selección?

 

A pesar de lo comentado, creo que hay una idea exagerada sobre el alcance de la influencia de las redes sociales en la decisión sobre los candidatos en la selección de personal. La mayoría de veces, la información que aparece del candidato en la red no sirve para descartar. Sirve para hacerse una idea complementaria del candidato. Nada más. Pocos técnicos de selección descartarán por una frase bonita en tu perfil o por un chiste o por un perfil en Twitter con contenido poco conflictivo.

Pero hay contenido que puede ser peligroso. Por ejemplo, un contenido extremo, como ideas políticas o posiciones extremas sobre temas sociales, pueden llegar a afectar al proceso de selección. ¿Debería afectar? En algún caso, sí. Puede que haya casos en que se vea claro que esa persona no interesa.

Es un tema delicado. Pero todo el mundo tiene prejuicios. Y también tienen opiniones creadas. Por ejemplo: hay quien se comporta como un troll en la red. Es conflictivo, negativo, siempre busca los tres pies al gato… ¿Quién se atreve a contratarlo? Tiene que haber demostrado en la entrevista que ese comportamiento sólo lo tiene en la red.

El contenido en la red social da una idea de la personalidad, de los intereses y de cómo es y cómo se comporta el candidato. Una persona conflictiva en la red, tiene muchos números de comportarse igual fuera de ella (aunque menos, posiblemente, pues en la red nos sentimos más protegidos digamos lo que digamos).

 

Identidad digital y búsqueda de trabajo

 

Creo que podemos tener dos enfoques sobre qué hacer con nuestra identidad digital:

  • Si decidimos que queremos compartir libremente contenido en la red social sin importarnos que pueda influir en el proceso de selección o creyendo que no ha de influir, pues podemos seguir haciéndolo sin ningún complejo. Aunque ya sabemos qué puede pasar. Seria aquello de “yo soy así, a quien no le guste…”.
  • Si creemos que nuestros pensamientos han de ser compartidos sólo con quien deseemos, o no queremos que influyan en la selección o tenemos claro que hemos de diferenciar entre lo profesional y lo personal, seguramente decidiremos tener un control sobre nuestra identidad digital.

Si es este nuestro caso, ¿qué podemos hacer?

  • No tener redes sociales o participar en pocas. Aunque también damos información en los dos casos. Aun así, nunca sabrán si es que estamos en la red con otro nombre que no nos identifique. Eso sí, Linkedin, Xing o Bebee han de estar con nuestro nombre.
  • Tener claro qué queremos compartir en público y qué en privado.
  • Podemos tener una doble identidad digital: una profesional y otra personal. Podemos, incluso potenciar un perfil profesional en todas las redes que sean de nuestro interés generando una marca personal interesante y reconocible.

Si el técnico de selección busca información de los candidatos en la red… ¿qué mejor que mostrarles una imagen profesional? ¿qué mejor que mostrar las competencias y conocimientos que tenemos y que pueden ser interesantes para ese puesto de trabajo?

Aun así, habrá quien quiera utilizar la red social de forma lúdica. Lógico. Podemos escoger redes sociales para uso profesional y otras para uso personal o tener diferentes perfiles en las redes sociales, como he comentado anteriormente.

Si se tienen dos usos, en el personal podéis compartir, sin ningún problema, contenido lúdico o personal siempre que no sea conflictivo o extremo.

Resumiendo sobre la identidad digital y cómo influye en la búsqueda de empleo:

  • Por norma, el contenido, si no es extremo o no denota una forma de ser que no interese para nada, no afecta negativamente a la selección.
  • Sí que puede afectar que los demás candidatos tengan una identidad profesional reconocible e interesante en la red. Generan más interés en su candidatura.
  • Podemos tener perfiles o redes sociales personales y profesionales diferenciados.
  • Si vamos a compartir contenido que creamos que pueda ser sensible (política, fútbol…), pues o decidimos que somos así y asumimos que puede afectar en algún caso o nos creamos un perfil que sea difícil que nos reconozcan.
  • Si el contenido es muy sensible y peligroso… mejor no hacerlo. Gracias 😉

En siguientes posts iré hablando sobre cómo generar una identidad profesional en la red.

¿Ya habéis hecho egosurfing y descubierto vuestra identidad digital?

Un saludo y espero que haya sido de vuestro interés.

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